El consumo responsable de bienes y servicios se define como moderado, informado, reflexivo y consciente, teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad cultural, ambiental, socioeconómica y lingüística. La persona consumidora responsable es aquélla que valora una serie de criterios más allá del precio antes de escoger un producto o servicio.

Desde las administraciones públicas es fundamental velar por que la ciudadanía, las empresas, y la propia administración tengan cada vez más conciencia de los impactos que tiene el consumo. Con la elección de cada producto o servicio, estamos dando soporte económico a las empresas y prácticas que han participado de toda la cadena de producción.

El consumo responsable o consciente aborda los siguientes aspectos:


Racional

Un consumo racional y reflexivo permite planificar qué productos se quieren adquirir o qué servicios es necesario contratar, y comparar sus características, precio y necesidad de adquirirlos. De esta forma se evitan compras impulsivas y poco satisfactorias.

Además, la compra planificada permite controlar los gastos, ajustarse al presupuesto disponible y evitar graves problemas como el sobreendeudamiento.


Social y Solidario

El comercio justo es una forma alternativa de comercio basada en la producción, distribución y comercialización de los productos teniendo en cuenta criterios éticos y aspectos medioambientales. Adquiriendo productos de comercio justo se favorecen oportunidades laborales para productores del Sur Global, en condiciones dignas de trabajo, libres de explotación infantil y respeto al medio ambiente. El objetivo es, mediante el consumo de productos, contribuir al desarrollo sostenible de las economías del Sur Global, favoreciendo así unas relaciones comerciales más justas y equitativas con los países del Norte.

En la actualidad podemos encontrar tanto productos alimenticios (café, cacao, miel, legumbres…) como también productos textiles y otros muchos productos (juguetes, productos de artesanía, libros, artículos de regalo…), así como flores decorativas como las rosas .

Consumir productos y servicios de iniciativas de la economía social de nuestro entorno es también consumo responsable. Hacer la cesta de Navidad con una cooperativa de consumo agroecológico, o contratar el catering de un servicio de restauración de una fundación de apoyo a las personas con discapacidad son dos buenos ejemplos.

Las iniciativas de economía social ponen en el centro el bienestar de las personas y el entorno, dejando el ánimo de lucro en segundo plano. Las puede consultar en el mapa de la guía de entidades y empresas de economía social de Terrassa.

 

Sostenible

Los productos ecológicos son aquellos que provienen de las explotaciones que siguen la normativa ecológica autorizada por cada comunidad autónoma. En su elaboración no se han utilizado productos químicos. Para saber si realmente compramos productos que provienen de la agricultura o ganadería ecológica debemos fijarnos en el etiquetado.

Las claves del consumo sostenible son diversas: la compra de productos ecológicos o de proximidad; la reducción de residuos optando por productos reutilizables, reciclados o reciclables o el uso eficiente y responsable de la energía, entre otros.

Con todas estas acciones ayudamos a minimizar el impacto medioambiental del consumo y contribuimos a la creación de un futuro más sostenible.

Otra de las claves del consumo responsable y sostenible es la reducción de residuos. Comprar a granel siempre que sea posible, elegir envases grandes o familiares, y optar por los productos reutilizables y productos reciclados o reciclables para ayudar a minimizar el impacto medioambiental del consumo.

Hacer un uso eficiente y responsable de la energía contribuye también a la reducción de la contaminación ya la creación de un futuro más sostenible. Algunas acciones, como aprovechar la luz natural, utilizar bombillas de bajo consumo, apagar la calefacción y el aire acondicionado al irse de casa y realizar un buen mantenimiento de los electrodomésticos, contribuyen al ahorro energético.


De proximidad

El consumo de proximidad se refiere a la distancia entre el punto de origen y el de consumo del producto. Consumir productos y servicios realizados en nuestro entorno territorial más cercano ayuda a reducir los costes energéticos de transporte; contribuye a mantener las pequeñas explotaciones familiares agrarias y ganaderas y evitar el abandono de zonas forestales, que entre otras problemáticas puede provocar incendios; favorece la conservación de especies agroalimentarias autóctonas en peligro de desaparición y fomenta el desarrollo de nuestro país.

Consulte también los consejos para unas compras de Navidad responsables y para compra de juguetes responsable.

Punto de la cooperativa opcions

Porque el consumo responsable es una herramienta de transformación clave en la reducción de desigualdades, desde el Servicio de Consumo se impulsan acciones y actividades dirigidas a la difusión de estos valores, como por ejemplo la instalación de un Punto Opcions, desde el cual la cooperativa ofrece información sobre alternativas de consumo consciente en diferentes ámbitos. 
 

Por consultas relacionadas con consumo podéis dirigiros al Servicio Público de Consumo: [email protected]terrassa.cat/consum

Para profundizar entorno a los valores de la economía social y el consumo consciente, podéis dirigiros al Servicio de Emprendimiento y Economía Social: [email protected]terrassa.cat/emprenedoria